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Beijing+20: Brasil y la Violencia de Género

Editorial / Opinion Piece / Blog Post

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March 17, 2015

Beijing+20: Brasil y la Violencia de Género

por Dayeri Zapata

La violencia contra la mujer ha sido un tema de debate en los foros internacionales como una manera de concientizar a las personas sobre un problema con el que se ha convivido desde hace mucho tiempo, sin haber sido erradicado por circunstancias y conductas que rodean a la humanidad. Hace 20 años la Declaración de Beijing también se hizo eco de dicho asunto y dada la diversidad de formas de violencia existente, se logró consensuar una definición que establece la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad", los cuales pueden ser perpetrados en el seno de la familia, la comunidad y/o tolerados por el Estado.

Desde Beijing son numerosos los Estados que se han comprometido en la implementación de medidas que permitan la protección de los derechos de la mujer en todos los niveles de la sociedad; Brasil es uno de los países que ha asumido con responsabilidad la planificación de acciones conjuntas con el gobierno federal, estatal y municipal para diseñar políticas públicas que han sido integradas en todo el territorio nacional. Como resultado de dicho compromiso en agosto de 2007 fue lanzado el Pacto Nacional para la Lucha de la Violencia contra la Mujer enfocado en 5 áreas determinadas:

·         Garantía de Aplicación de la Ley contra la Violencia de la Mujer.

·         Ampliación y Fortalecimiento de la Red de Servicios para Mujeres en Situación de Violencia.

·         Garantía de Seguridad Ciudadana y Acceso a la Justicia.

·         Garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos, Lucha de la Explotación Sexual y Tráfico de Mujeres.

·         Garantía de la Autonomía de las Mujeres en Situación de Violencia y Ampliación de sus Derechos.

Para cumplir con las metas propuestas, Brasil ha realizado esfuerzos conjuntos que han generado considerables avances en materia de defensa y protección de la mujer, la medida más notoria es la Ley n° 11.340/2006 ­mejor conocida como Ley Maria Da Penha, instrumento legal que se produjo como resultado de una litigio internacional por la falta de protección de los derechos humanos por parte del Estado brasileño.

Desde su aprobación ha sido el eje central de la Política Nacional de Lucha de la Violencia, efectuando campañas que modifiquen los estereotipos de género que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres. Asimismo se han desarrollado programas que tienen como objetivo atender y brindar ayuda a las mujeres en situación de violencia, tal es el caso del Programa Mujer, Vivir sin Violencia que fortalece las acciones realizadas por el gobierno para la protección de la mujer, brindando mecanismos que permitan una inclusión de las mujeres que han sufrido violencia generando empoderamiento.

Estos proyectos han constituido un reto en una sociedad donde la violencia contra el género femenino es un comportamiento arraigado y transmitido por generaciones; estableciendo diferencias que van más allá de la simple exclusión de la mujer como individuo activo de la Nación, sino que consisten en atacar y violar sus derechos esenciales como ser humano. A pesar del progreso que se ha producido para combatir esta situación; el Estado reconoce la constante lucha a la que están sometidas las mujeres para hacer respetar sus derechos y entiende que la única solución al problema está en un compromiso y actitud de parte de todos los ciudadanos brasileños.

Región
Dilma y la Violencia de Género en Brasil

por Dayeri Zapata

La violencia contra la mujer ha sido un tema de debate en los foros internacionales como una manera de concientizar a las personas sobre un problema con el que se ha convivido desde hace mucho tiempo, sin haber sido erradicado por circunstancias y conductas que rodean a la humanidad. Hace 20 años la Declaración de Beijing también se hizo eco de dicho asunto y dada la diversidad de formas de violencia existente, se logró consensuar una definición que establece la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad", los cuales pueden ser perpetrados en el seno de la familia, la comunidad y/o tolerados por el Estado.

Desde Beijing son numerosos los Estados que se han comprometido en la implementación de medidas que permitan la protección de los derechos de la mujer en todos los niveles de la sociedad; Brasil es uno de los países que ha asumido con responsabilidad la planificación de acciones conjuntas con el gobierno federal, estatal y municipal para diseñar políticas públicas que han sido integradas en todo el territorio nacional. Como resultado de dicho compromiso en agosto de 2007 fue lanzado el Pacto Nacional para la Lucha de la Violencia contra la Mujer enfocado en 5 áreas determinadas:

·         Garantía de Aplicación de la Ley contra la Violencia de la Mujer.

·         Ampliación y Fortalecimiento de la Red de Servicios para Mujeres en Situación de Violencia.

·         Garantía de Seguridad Ciudadana y Acceso a la Justicia.

·         Garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos, Lucha de la Explotación Sexual y Tráfico de Mujeres.

·         Garantía de la Autonomía de las Mujeres en Situación de Violencia y Ampliación de sus Derechos.

Para cumplir con las metas propuestas, Brasil ha realizado esfuerzos conjuntos que han generado considerables avances en materia de defensa y protección de la mujer, la medida más notoria es la Ley n° 11.340/2006 ­mejor conocida como Ley Maria Da Penha, instrumento legal que se produjo como resultado de una litigio internacional por la falta de protección de los derechos humanos por parte del Estado brasileño.

Desde su aprobación ha sido el eje central de la Política Nacional de Lucha de la Violencia, efectuando campañas que modifiquen los estereotipos de género que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres. Asimismo se han desarrollado programas que tienen como objetivo atender y brindar ayuda a las mujeres en situación de violencia, tal es el caso del Programa Mujer, Vivir sin Violencia que fortalece las acciones realizadas por el gobierno para la protección de la mujer, brindando mecanismos que permitan una inclusión de las mujeres que han sufrido violencia generando empoderamiento.

Estos proyectos han constituido un reto en una sociedad donde la violencia contra el género femenino es un comportamiento arraigado y transmitido por generaciones; estableciendo diferencias que van más allá de la simple exclusión de la mujer como individuo activo de la Nación, sino que consisten en atacar y violar sus derechos esenciales como ser humano. A pesar del progreso que se ha producido para combatir esta situación; el Estado reconoce la constante lucha a la que están sometidas las mujeres para hacer respetar sus derechos y entiende que la única solución al problema está en un compromiso y actitud de parte de todos los ciudadanos brasileños.

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