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Brasil y la representación política femenina

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Artículo enviado por la colaboradora de iKNOW Politics, Dayeri Zapata.

La presencia de Brasil como economía emergente en el panorama internacional ha sido notable en la última década, sin embargo en el ámbito social especialmente cuando se trata de la igualdad de género, cuenta con deficiencias que se han hecho visibles en el relátorio de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que aborda entre otras cosas, la representación política de la mujer, colocando a la nación brasileña en el puesto 97 a nivel mundial de un total de 155 países que fueron evaluados. Aún cuando el país cuenta con legislación que garantiza la presencia de la mujer en puestos políticos mediante un 30% de cuota de las candidaturas a cargos electivos, esto no ha sido suficiente para lograr una mayor participación del género femenino.

En Brasil las mujeres representan el 51% del electorado, las cuales aspiran reducir la exclusión que enfrenta la mujer en la arena política; un avance sobre este tema se produjo en una propuesta de enmienda a la Constitución que tiene como objetivo crear una cuota progresiva que alcance el 30% de representación femenina en el Legislativo federal, estatal y municipal. Dicha iniciativa fue rechazada por la Cámara de Diputados, manifestando una vez más que la igualdad de representación en el ámbito político es una lucha incierta que cuenta con una mayoría de diputados masculinos que no pretende promover cambios en el sistema político brasileño.

A pesar del obstáculo enfrentado en una primera instancia, la Bancada Femenina integrada por 13 senadoras y 51 diputadas confirmó su posición respecto a la propuesta y decidieron presentar su iniciativa a la Comisión Temporal de Reforma Política del Senado; siendo aprobada y asegurando un 10% de los cargos para mujeres en el Senado, la Cámara de Diputados, las asambleas legislativas, la Cámara Legislativa del Distrito Federal y las cámaras municipales de todo Brasil en las primeras elecciones después de que la ley entre en vigencia. Asimismo, esta cuota aumentará a un 12% en la segunda elección y un 16% en una tercera elección independientemente de si el sistema electoral cambia en un futuro.

Aunque aún no existe un instrumento legal definitivo, estos avances por la igualdad de género en Brasil muestra algunos puntos que deben ser señalados: en el momento de las deliberaciones sobre la aprobación de la enmienda se vio la reticencia de muchos diputados y senadores que no concordaban con la posición planteada por la Bancada Femenina, enfatizando que iba en contra de la democracia al tratar de dar mayor poder a las mujeres, lo cual ocasionaría un desbalance de poder. Esta cultura predominante en Brasil donde el género femenino se encuentra en desventaja política, social y económica; demuestra una vez más la necesidad de cambios estructurales en la sociedad brasileña mediante el diálogo y la oportunidad de escuchar propuestas para alcanzar un consenso que permita el equilibrio que no se ha logrado dar a la participación femenina. 

Las mujeres brasileñas han logrado grandes avances en participación política, pero parece poco que en un período de tres elecciones no se pretenda dar un mínimo del 30% de los cargos legislativos. El problema central es la falta voluntad política por las partes que se consideran afectadas al dar una mayor participación al género femenino en la búsqueda de promover el desarrollo de la nación; evadiendo la responsabilidad de debatir e incluir en la agenda política la necesidad de producir cambios sustanciales que sienten las bases para un cambio paulatino dentro de la sociedad brasileña. Si los ciudadanos observan la evasiva de sus representantes y el poco compromiso con respecto al debate de género, no se puede esperar que se produzcan cambios mayores en la sociedad. A pesar de los avances que se han logrado en los últimos años en Brasil, aún existen muchos prejuicios a combatir, el principal de todos es eliminar la percepción de que hombres y mujeres no pueden participar y colaborar como pares para lograr el bien común.

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