Las mujeres en la política a nivel local

Pregunta a los especialistas

Las mujeres en la política a nivel local

 ¿Cuáles son los desafíos para la participación de las mujeres en la política a nivel local y existe algún programa específico, legislación o estructuras para apoyar la elección de mujeres a nivel local?

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Imagen de María Eugenia Rojas Valverde

Las mujeres bolivianas gozan de derechos establecidos en el ordenamiento legal, pero éste generalmente no se cumple así como tampoco se observa  estabilidad e institucionalidad de las políticas públicas destinadas al sector. En marzo de 2009, se presentó al país, el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades denominado “Mujeres Construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien”, que demanda el reconocimiento del aporte de las mujeres al desarrollo del país así como también, “la igualdad de oportunidades para el acceso a servicios, la plena participación en espacios de decisión, en la distribución equitativa de los recursos económicos, tecnológicos y patrimoniales, creándose las condiciones para una vida libre de violencia en razón de género”.

Sin embargo de las acciones afirmativas legisladas y algunas veces realizadas, la condición y situación de las mujeres bolivianas sigue siendo desventajosa en relación a los hombres. Siguen cumpliendo una doble o triple jornada laboral, reciben menos salario por un mismo trabajo y, generalmente los que realizan, son los de menos calidad y de menor estabilidad. En suma, pese a que sus derechos están consagrados en el ordenamiento constitucional y legal, éstos no se cumplen y se requiere el cumplimiento y garantía de un conjunto de “acciones afirmativas y mecanismo acertados” que les permitan acceder a la igualdad de oportunidades para que sigan contribuyendo al desarrollo del país y al fortalecimiento de la democracia.

Esto es especialmente relevante en el ámbito municipal –el Estado más cercano a la gente- donde las mujeres tienen un papel preponderante en el acceso y en la prestación de servicios públicos municipales. También, en ese ámbito, las mujeres realizan una enorme contribución al trabajo político económico y productivo y social; generando un sin fin de iniciativas.

También, la Ley Nº 2028 de Municipalidades, en Materia de Desarrollo Humano Sostenible prevé  competencias para “Incorporar la equidad de género en el diseño, definición y ejecución de las políticas, planes, programas y proyectos municipales”. Más recientemente, la nueva Constitución Política del Estado, consagra derechos iguales para hombres y mujeres en Bolivia que deberán ser aplicados por el Estado y las instituciones de la sociedad civil. 

Todo ello a pesar de que en Bolivia se han producido cambios en la cultura política de las mujeres y, como señala una investigación, la figura de la abnegada madre y esposa ha dejado de ser atractiva para las mujeres de Bolivia ya que en los proyectos de vida de la mayoría de las bolivianas la prioridad es el trabajo y que son cada vez menos los planes que se asientan exclusivamente en la maternidad o el matrimonio. 

Como señala Massolo, existen paradojas que caracterizan la relación entre las mujeres y los gobiernos locales, las que revelan que “no por cercano es más accesible” y que “por cercano confunde”. La autora señala la falta de pluralidad de género en la composición política de los gobiernos locales demostrada con información empírica de la escasa proporción de mujeres concejalas y menos, aun alcaldesas, así como las formas y valoraciones que adquiere la participación femenina en los espacios locales. Pero juntamente a los problemas de las mujeres para acceder a la representación, también existen las oportunidades de empoderamiento que pueden tener las mujeres en los espacios locales y los desafíos que implica

En el caso de las mujeres, el espacio local tiene asignaturas pendientes con ellas.  Como señalan varias investigaciones, la presencia y acciones colectivas de las mujeres dentro del espacio local, asociadas a la vida cotidiana en la esfera de la familia y las tareas domésticas, son absolutamente relevantes y son las que se enfrentan cotidianamente a los servicios públicos estatales y no estatales y al trabajo productivo y reproductivo. En ese ámbito hacen y participan de la política municipal, pero no acceden a puestos de representación política ni a espacios de decisión política.  Sin embargo esta participación en muchos casos ha llevado a que la sociedad local naturalice “el lugar de la mujer” en lo estrictamente local, ocultando situaciones de opresión, explotación y discriminación de género. Además de que se encubre el hecho de la feminización de la pobreza y el traspaso de las responsabilidades estatales, a las tareas domésticas femeninas y la autoayuda comunitaria bajo los efectos de las políticas especialmente, pero no solamente, neoliberales. Con otros modelos de desarrollo, acontece lo mismo. 

Para concluir este punto, se puede señalar que el espacio local y el empoderamiento de las mujeres en el ámbito municipal, presenta oportunidades y desafíos. El municipio en sí mismo, no posee una “esencia” que le atribuya ciertas bondades, así como ciertas perversidades.  Tampoco las mujeres poseen una “esencia femenina” que le atribuye a su participación política cualidades inmejorables. Pero sin duda, es un ámbito relevante y estratégico para las mujeres y para la promoción del desarrollo local. Las oportunidades de empoderamiento que les ofrecen a las mujeres los espacios locales, están comprobadas en múltiples casos y experiencias.

Así en este ámbito estratégico, existen violencias más reconocidas y visibilizadas, como la violencia intrafamiliar y/o la violencia sexual, en el ámbito privado que constituyen un problema latente; no menos importante aunque menos conocida y reconocida son las formas y tipos que adquiere la violencia política que ocurren en ámbitos públicos y especialmente locales contra mujeres candidatas, electas y en ejercicio de sus funciones públicas de distintos niveles nacional o subnacional en Bolivia (y se ha comprobado que en otros países de LAC también).  A su vez en la tipificación de la violencia política una de las formas que adquiere es la violencia física muchas veces sexual perpetrada por un (a) compañero (a) de partido cuando la mujer es candidata y por un (a) colega cuando ya es autoridad (titular o suplente), pero diferenciada por provenir del sector y el ámbito - público por causales políticas / partidarias / electorales.  En ambos casos, de la violencia privada y la pública, el resultado es el mismo; mujeres maltratadas y violentadas con consecuencias físicas y psicológicas.

Los estudios de la Red Mujer y Hábitat de América Latina, muestran cómo las violencias y discriminaciones hacia las mujeres limitan su vida en los espacios públicos en el marco de un continuum que tiene lugar tanto en el mundo privado como en el mundo público,…. en la coexistencia de estos espacios, la violencia se hace presente a través del cuerpo, del sentir o del miedo de todas las mujeres hasta transformarse en social y política y permite develar y comprender otras discriminaciones, …., que signan la vida de las personas en las ciudades  (A. Falú, 2009).

El año 2000 por primera vez en Bolivia, se da a conocer la primera denuncia por discriminación explícita proveniente de una mujer del ámbito público desde una instancia de gobierno municipal.  En ese entonces aún se desconocía el propósito y la causa; y no se encontraba ni tipificada menos definida.  Recién en el año 2003, después de determinar a través de varios estudios de caso (denuncias realizadas por más de 40 concejalas hasta entonces) se investiga y sistematiza la información; denunciando públicamente la reiteración del abuso y la presión que sufren las mujeres en los gobiernos municipales, posteriormente tipifica los casos para dotar de base legal, formulación normativa y política pública.

A partir de estas constataciones pioneras en Bolivia, y con el apoyo de otras organizaciones públicas y no gubernamentales, y la cooperación internacional, aporta a su interpretación legal y socio político, que logra contextualizar la temática sobre el acoso político.  Sin embargo con el apoyo de especialistas, se agrupan los casos determinando sus facetas, gradualidad y gravedad; definiendo y diferenciando los términos de acoso político en primera instancia, dado que al evidenciar casos extremos de violencia sexual y física, se avanza y acuña otro término relacionado al de violencia política, estos términos se socializan y difunden a  nivel nacional e internacional.  

Estas primeras denuncias en Bolivia sientan las bases para determinar la violación al principio de Igualdad de oportunidades que demanda y exige una participación equilibrada de ambos sexos en todas las esferas de la vida pública y privada libres de violencia.  A pesar de que existe el reconocimiento de la igualdad desde un punto de vista formal-legal, no significa que exista una igualdad real. La desaparición de todos los factores discriminatorios en las constituciones de los países llamados democráticos (igualdad formal) no ha sido suficiente para eliminar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en los diferentes ámbitos de la sociedad. La realidad ha enseñado que la situación de desventaja en la que se encuentran las mujeres y los estereotipos arraigados en la sociedad no pueden eliminarse únicamente por la vía del derecho, es decir, anulando las discriminaciones por ley.  Las mujeres han conquistado y conseguido la igualdad formal pero no la igualdad real. Las políticas de igualdad de oportunidades son políticas que sirven para corregir o compensar las situaciones de desigualdad y discriminación, pretenden contrarrestar en la práctica los efectos de la socialización de género y garantizar un modelo social igualitario. Mediante otras políticas se deberá entonces llegar y/o exigir una igualdad de resultados. 

Conocer y reconocer prácticas que influyen la cultura política ciudadana es importante para comprender la dimensión del acoso y la violencia política: 

Entre las prácticas que dificultan la Participación de las Mujeres en la actividad Política se encuentra el Acoso Político y Violencia Política, se ha hecho patente en otros estudios que las mujeres que se dedican a la actividad política sufren constantemente de acoso político.  El acoso político se ha definido como un acto realizado por un medio evidente o simulado, que tiene por objeto generar presión sobre la mujer que se dedica a la actividad política; dicha presión, que puede ser cometida por una persona encargada a terceros, se manifiesta mediante la persecución, el hostigamiento y la amenaza contra la mujer y/o su familia. El acoso político hace que muchas mujeres abandonen la actividad política de forma definitiva, y otras desistan de ingresar a la misma generando un círculo vicioso que impide el crecimiento de la cantidad de mujeres políticas en Bolivia.   Lideresas en todos los Departamentos afirmaron que puede apreciarse violencia contrala mujer en distintos ámbitos y en todos los niveles de los nacional a lo subancional.  La mujer sufre permanentemente presión psicológica, tanto a nivel político como social.  Se denunció también en algunos talleres acoso sexual, que se sufre sólo por el hecho de ser mujer, sin que existan distinciones de clase, edad o estado civil.

Otro factor está relacionado a la utilización de la Mujer como Instrumento Político.  En las permanentes disputas que se presentan por el poder político, se utiliza a la mujer como un instrumento para la materialización de una diversidad de objetivos pero sin reconocer su trabajo ni promocionar a lideresas a cargos de la más alta responsabilidad.  En este sentido, es común observar que las mujeres participan activamente en una diversidad de actividades políticas como marchas de protestas, mítines políticos o campañas electorales; pero a pesar de esta participación, no ocupan los cargos más importantes al interior de las organizaciones políticas a las que pertenecen, salvo raras y notables excepciones.

Así también resalta la Inobservancia de la Ley.  Las fuerzas políticas en general no muestran la apertura que exige la Ley para permitir la participación de una mayor cantidad de mujeres en la actividad política. Este hecho, según la información que se ha reunido en diversos estudios, coloca a varias lideresas en distintas latitudes del país en una situación de confrontación con dirigentes de las distintas fuerzas políticas. Adicionalmente se presenta la mala práctica política de encasillar a las mujeres en candidaturas de suplencia, negándoles la posibilidad de ser titulares y de aspirar a ejercer un poder real dentro de sus comunidades.

Por el lado de la oferta, se encuentra la gran “Apatía de las Mujeres en Cuestiones Políticas”.  Por otra parte, las propias mujeres en la política han señalado que existe una cierta apatía de parte de las mujeres cuando se requiere su participación en temas políticos. Esta apatía repercute en el hecho de que en la actualidad subsiste un preocupante vacío de liderazgo femenino en organizaciones sociales, partidos políticos y fuerzas políticas de otra naturaleza a nivel nacional. Aunque este tipo de comportamiento pueda relacionarse primeramente con las malas prácticas políticas de que son objeto las mujeres que se desempeñan en el espacio público, es necesario explorar otros motivos por los cuales las mujeres se inclinan por actividades económicas, sociales o culturales, antes que por la política y la gestión pública.