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Bolivia: Fin a la Violencia Política contra las Mujeres

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Bolivia: Fin a la Violencia Política contra las Mujeres

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La Asociación de Concejalas de Bolivia (ACOBOL) desde el 2001 viene promoviendo la aprobación de la Ley contra el Acoso y la Violencia Política en Razón de Género.
María Eugenia Rojas Velarde* Desde el 2001 la Asociación de Concejalas de Bolivia, Acobol, promueve la Ley contra el Acoso y la Violencia Política en Razón de Género, a raíz de denuncias de acciones violentas y de acoso a mujeres concejalas y alcaldesas. Se desarrolla una estrategia de defensa de estas autoridades ante cualquier tip de excesos, discriminación o agresión contra sus derechos humanos, políticos y ciudadanos en el ejercicio de su mandato. El ejercicio y construcción de la democracia deben partir principalmente por la construcción de la equidad de género como una responsabilidad social de todas las personas, hombres y mujeres, a fin de avanzar hacia una sociedad más justa, equitativa e inclusiva; hacia una justicia de oportunidades compartida en que participen hombres y mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida política, social, económica y cultural.Por la importancia de la defensa y protección de los derechos de las mujeres en cargos políticos, Acobol insta a la prevención, erradicación y sanción de la violencia y acoso político: involucrando a los hombres, mediante el trabajo en masculinidades; sensibilizando, analizando y reflexionando los temas de poder y misoginia, además de las actitudes sexistas, que son parte de la construcción de las masculinidades hegemónicas en el sistema patriarcal. La violencia masculina conlleva angustia y dolor y es evidente en todos los niveles, entre individuos, al interior de y entre grupos, en las instituciones sociales y en el gobierno municipal. La violencia masculina requiere de una acción urgente desde la perspectiva de las mujeres, los niños y de los mismos hombres. Esta violencia, que genera la violencia política contra las mujeres en el gobierno edil ha sido reconocida como una prioridad por diferentes organizaciones del país, esperando lo mismo del Gobierno nacional. La violencia masculina mina los derechos de las mujeres y niños(as). Hay un creciente reconocimiento de que los hombres tienen la responsabilidad de terminar con ella, pues ponerle fin es una parte clara y fundamental de la agenda internacional de los Derechos Humanos.Dirigiendo la violencia contra la mujer, contra sus derechos y los derechos humanos, necesitamos traer a los hombres al escenario, nombrarlos. Es una obligación moral nombrar a la violencia política identificando a sus principales actores, así como a sus víctimas directas; hablamos de la violencia de género y de cualquier tipo de violencia. En 1999 el Estado ratificó, a tono con otros países, la Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres, luego promulgó un nuevo Código Electoral y la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas, promoviendo la participación política de las mujeres en los gobiernos locales; consideradas medidas de acción afirmativa y de discriminación positiva, surgen porque la igualdad formal entre hombres y mujeres, señalada en la CPE, no logró acortar la brecha de desigualdad en la sociedad. Estas acciones establecen un trato que toma en cuenta las diferencias estructurales en las que se encuentran las mujeres en su vida privada y pública.Bajo estas circunstancias, en Bolivia, con frecuentes violaciones de la ley por parte de su clase dirigente y la resistencia a cumplir las normas, la conciencia colectiva acerca de la necesidad de igualdad entre los sexos y la igualdad ciudadana resulta escasa, es apenas un hecho retórico, enunciativo, de gran capacidad discursiva, pero que enfrenta una profunda resistencia para transformar las prácticas cotidianas, institucionales, culturales y políticas.*Gerente de la Asociación de Concejalas de Bolivia, Acobol. SitioWeb del Diario La Razon Suplemento Ventana Ciudadana

La Asociación de Concejalas de Bolivia (ACOBOL) desde el 2001 viene promoviendo la aprobación de la Ley contra el Acoso y la Violencia Política en Razón de Género.
María Eugenia Rojas Velarde* Desde el 2001 la Asociación de Concejalas de Bolivia, Acobol, promueve la Ley contra el Acoso y la Violencia Política en Razón de Género, a raíz de denuncias de acciones violentas y de acoso a mujeres concejalas y alcaldesas. Se desarrolla una estrategia de defensa de estas autoridades ante cualquier tip de excesos, discriminación o agresión contra sus derechos humanos, políticos y ciudadanos en el ejercicio de su mandato. El ejercicio y construcción de la democracia deben partir principalmente por la construcción de la equidad de género como una responsabilidad social de todas las personas, hombres y mujeres, a fin de avanzar hacia una sociedad más justa, equitativa e inclusiva; hacia una justicia de oportunidades compartida en que participen hombres y mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida política, social, económica y cultural.Por la importancia de la defensa y protección de los derechos de las mujeres en cargos políticos, Acobol insta a la prevención, erradicación y sanción de la violencia y acoso político: involucrando a los hombres, mediante el trabajo en masculinidades; sensibilizando, analizando y reflexionando los temas de poder y misoginia, además de las actitudes sexistas, que son parte de la construcción de las masculinidades hegemónicas en el sistema patriarcal. La violencia masculina conlleva angustia y dolor y es evidente en todos los niveles, entre individuos, al interior de y entre grupos, en las instituciones sociales y en el gobierno municipal. La violencia masculina requiere de una acción urgente desde la perspectiva de las mujeres, los niños y de los mismos hombres. Esta violencia, que genera la violencia política contra las mujeres en el gobierno edil ha sido reconocida como una prioridad por diferentes organizaciones del país, esperando lo mismo del Gobierno nacional. La violencia masculina mina los derechos de las mujeres y niños(as). Hay un creciente reconocimiento de que los hombres tienen la responsabilidad de terminar con ella, pues ponerle fin es una parte clara y fundamental de la agenda internacional de los Derechos Humanos.Dirigiendo la violencia contra la mujer, contra sus derechos y los derechos humanos, necesitamos traer a los hombres al escenario, nombrarlos. Es una obligación moral nombrar a la violencia política identificando a sus principales actores, así como a sus víctimas directas; hablamos de la violencia de género y de cualquier tipo de violencia. En 1999 el Estado ratificó, a tono con otros países, la Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres, luego promulgó un nuevo Código Electoral y la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas, promoviendo la participación política de las mujeres en los gobiernos locales; consideradas medidas de acción afirmativa y de discriminación positiva, surgen porque la igualdad formal entre hombres y mujeres, señalada en la CPE, no logró acortar la brecha de desigualdad en la sociedad. Estas acciones establecen un trato que toma en cuenta las diferencias estructurales en las que se encuentran las mujeres en su vida privada y pública.Bajo estas circunstancias, en Bolivia, con frecuentes violaciones de la ley por parte de su clase dirigente y la resistencia a cumplir las normas, la conciencia colectiva acerca de la necesidad de igualdad entre los sexos y la igualdad ciudadana resulta escasa, es apenas un hecho retórico, enunciativo, de gran capacidad discursiva, pero que enfrenta una profunda resistencia para transformar las prácticas cotidianas, institucionales, culturales y políticas.*Gerente de la Asociación de Concejalas de Bolivia, Acobol. SitioWeb del Diario La Razon Suplemento Ventana Ciudadana