Para pocos brasileños pasó inadvertido la semana pasada el nuevo corte de pelo de Dilma Rousseff, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) a suceder al actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
La todopoderosa ex ministra de la Casa Civil y protegida del ex tornero ha sustituido el flequillo plomizo, que le daba un aire anticuado, impersonal y antipático, por un peinado que proyecta el volumen de su pelo hacia el cielo, despejando el rostro y modernizando su imagen.
Para leer el artículo completo, por favor visita el sitio web de El País
Para pocos brasileños pasó inadvertido la semana pasada el nuevo corte de pelo de Dilma Rousseff, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) a suceder al actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
La todopoderosa ex ministra de la Casa Civil y protegida del ex tornero ha sustituido el flequillo plomizo, que le daba un aire anticuado, impersonal y antipático, por un peinado que proyecta el volumen de su pelo hacia el cielo, despejando el rostro y modernizando su imagen.
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