La expresión "la candidata es el programa", vertida en el marco de las tensiones programáticas de la Concertación, puede ser leída de varias formas. Por un lado, revela las improntas personalistas (y también oportunistas) de algunos de los seguidores de Michelle Bachelet, lo que no deja de ser curioso. En varias ocasiones ella señaló la necesidad de "anteponer los proyectos colectivos sobre los individuales". Por otro, provee la certeza de que el Ejecutivo recuperará, en materia de igualdad de género, el rol protagónico que ella le asignó, a pesar de que los partidos lo ignoren como un eje relevante.
Para leer la noticia completa, por favor visita el sitio web del Observatorio de Género y Equidad
La expresión "la candidata es el programa", vertida en el marco de las tensiones programáticas de la Concertación, puede ser leída de varias formas. Por un lado, revela las improntas personalistas (y también oportunistas) de algunos de los seguidores de Michelle Bachelet, lo que no deja de ser curioso. En varias ocasiones ella señaló la necesidad de "anteponer los proyectos colectivos sobre los individuales". Por otro, provee la certeza de que el Ejecutivo recuperará, en materia de igualdad de género, el rol protagónico que ella le asignó, a pesar de que los partidos lo ignoren como un eje relevante.
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