La incidencia y el cabildeo son actividades que representan y promueven las necesidades de grupos específicos en los ámbitos político y social. Uno de estos grupos son las mujeres, que pueden presionar colectivamente a sus líderes para conseguir reformas legislativas que protejan y promuevan sus derechos. La meta de los grupos de incidencia y de los cabilderos es asegurar que tanto el público como las y los políticos entiendan y apoyen su causa, para que esta cobre fuerza y credibilidad. Garantizar los derechos y conquistas de las mujeres requiere formación de coaliciones, financiamiento, educación cívica, sensibilización y personas dispuestas a abrir camino. Si bien los objetivos de la incidencia y el cabildeo son similares, los procesos son claramente diferentes.
La incidencia implica obtener y ejercer poder para influir en una acción política. Empleando métodos tales como manifestaciones, campañas públicas y educación cívica, la incidencia puede ser la misión principal de organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil que buscan influir en las y los decisores nacionales y globales. En todo el mundo las mujeres suelen organizarse con fines de incidencia, recurriendo a su poder colectivo para influir en la legislación, las políticas oficiales y los programas gubernamentales. El cabildeo, por su parte, se refiere a influir en el gobierno y sus líderes. Las y los cabilderos intentan influenciar en las y los formuladores de políticas así como en legisladores para que aborden cuestiones específicas, a menudo mediante la introducción o revisión de la legislación y las políticas. Las actividades de cabildeo pueden incluir reuniones privadas con las y los decisores, campañas públicas y manifestaciones.