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El impacto de la pandemia de COVID-19 en las mujeres en la política

Contexto

“La COVID-19 es una crisis con rostro de mujer… El daño es incalculable y resonará a lo largo de las próximas décadas, en las generaciones futuras. Ahora es el momento de cambiar de rumbo. La participación igualitaria de las mujeres es el cambio de juego que necesitamos”. Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, discurso de apertura de la CSW 65

Entre todos los sectores, la política presenta la mayor brecha de género. En 2022, las mujeres siguen siendo marginadas e injustamente representadas en todos los niveles de gobierno, a escala mundial, constituyendo el 36% de los órganos deliberantes locales y el 26,1% de los parlamentos nacionales. Solo el 8,3% de los Jefes de Gobierno y el 7,2% de los Jefes de Estado son mujeres[1].

Si bien una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones conduce a políticas y prestaciones de servicios más inclusivas, lograr la paridad sigue siendo un desafío, dado que barreras persistentes obstaculizan el acceso y la participación de las mujeres en la vida pública en igualdad de condiciones; incluyéndose entre éstas la falta de recursos financieros y el acceso a redes, leyes e instituciones discriminatorias, y la violencia de género. Al ritmo actual de progreso, el Foro Económico Mundial estima que la paridad de género en la política no se alcanzará antes del año 2166.

Los desastres y las crisis exacerban, a menudo, las desigualdades existentes y la pandemia de COVID-19 no es una excepción. Si bien se estima que 80 países y territorios pospusieron sus elecciones nacionales y locales, al menos 158 celebraron elecciones, a pesar de las preocupaciones y restricciones relacionadas con la COVID-19[2]. En 2020 y 2021, se estima que la participación electoral disminuyó en el 66% de los países. Asimismo, los espacios cívicos y democráticos se han reducido: 155 países introdujeron limitaciones a la libertad de reunión que, en muchos casos, se complementaron con restricciones adicionales a los derechos civiles y políticos; con restricciones a  la libertad de expresión en 60 países.

Muchos parlamentos nacionales configuraron de nuevo o redujeron sus actividades, mediante la introducción de soluciones remotas e híbridas para las sesiones plenarias, las reuniones de comités, las votaciones, la supervisión gubernamental y la participación pública. Si bien las soluciones remotas pueden derribar algunas de las barreras prácticas para la participación en persona de, por ejemplo, las mujeres con responsabilidades de cuidado doméstico y las mujeres con discapacidades, la participación virtual puede suponer una desventaja para las mujeres, ya que podría aumentar su exposición a la violencia doméstica y reforzar las expectativas y los roles domésticos ligados al género.

Además, los parlamentos con participación virtual pueden reforzar los desequilibrios de poder político, favoreciendo a los que están presentes físicamente en las reuniones (siendo estos, más probablemente, hombres) y reduciendo la visibilidad y el impacto de los participantes en remoto (siendo estos, más probablemente, mujeres). Del mismo modo, las restricciones a las actividades de campañas políticas en persona pueden ampliar la brecha entre las candidatas de la élite y el resto, favoreciendo a aquellas que cuentan con redes, recursos y reconocimiento.

La participación virtual y el uso de Internet también se asocian con una mayor exposición al abuso y la violencia en línea contra las mujeres en la política, lo que puede disuadir a las mujeres de participar en debates públicos y expresar públicamente sus opiniones y aspiraciones políticas. Los informes de 2020 muestran que las mujeres en política fueron objeto de intensos abusos y acoso en línea durante su mandato, así como durante las campañas electorales y las elecciones.

Si bien muchas mujeres líderes a nivel mundial fueron elogiadas por su desempeño en la gestión de la crisis a lo largo de los últimos dos años, las mujeres siguen, en gran medida, excluidas, en la mayoría de los contextos. Las mujeres electas, las candidatas y las votantes se ven particularmente afectadas por la pandemia de COVID-19 y sus efectos negativos que exacerban, aún mas, las desigualdades y refuerzan las barreras.

Objetivo

Esta discusión electrónica busca concienciar y recopilar experiencias, conocimientos y buenas prácticas sobre la participación política de las mujeres, en el marco de la pandemia de COVID-19, así como explorar cómo mitigar mejor los efectos de la crisis en las votantes, las candidatas, y las mujeres electas para asegurar la participación política plena e igualitaria de las mujeres, a todos los niveles de los procesos públicos de toma de decisiones.

Los órganos de gestión electoral, las mujeres y los hombres en política, los líderes y miembros de partidos políticos, la sociedad civil y los activistas por los derechos de las mujeres, los profesionales y los investigadores están invitados a participar a esta discusión electrónica, del 21 de marzo al 11 de abril del 2022, respondiendo a las preguntas a continuación. Las respuestas contribuirán a la elaboración de un informe que enriquecerá la base de conocimientos disponible sobre el tema.

Preguntas

  1. ¿Cómo afectaron las restricciones relacionadas con la COVID-19 a la participación de las mujeres votantes en las elecciones, locales y nacionales, de su país/región?, ¿Cuáles son las mejores medidas para garantizar una mayor participación de las votantes en el futuro?
  2. ¿Cómo afectaron las restricciones relacionadas con la COVID-19 a la capacidad de las mujeres para presentarse a cargos públicos y ser elegidas, a nivel local y nacional, en su país/región?, ¿Qué pueden hacer los partidos políticos, los legisladores y los gobiernos para asegurarse de que las mujeres gocen de igualdad de acceso a los cargos electos?
  3. ¿Cuál es el impacto del trabajo y de la participación parlamentaria virtual sobre el género?,¿Las soluciones parlamentarias a distancia han tenido un efecto sobre la sensibilidad y la diversidad en materia de género, en el seno de su parlamento?
  4. ¿Ha aumentado la violencia contra las mujeres en la política, incluidos el acoso y el abuso en línea, en su país/región, a lo largo de los últimos dos años? De ser así, le invitamos a proveer más detalles y sugerencias para hacer de la política un espacio seguro para las mujeres.

Para contribuir

  • Use la sección de comentarios a continuación; o
  • Envíe su contribución a connect@iknowpolitics.org para que podamos publicarla en su nombre.

____________________________________________________

Notas:

[1] Media basada en cálculos de ONU Mujeres, a fecha de 1 de marzo del 2022.

[2] Datos válidos a fecha de 1 de febrero del 2022.

/sites/default/files/spanish_summary_of_the_e-discussion_on_covid-19_and_women_in_politics_0.pdf
Issues Description

Contexto

“La COVID-19 es una crisis con rostro de mujer… El daño es incalculable y resonará a lo largo de las próximas décadas, en las generaciones futuras. Ahora es el momento de cambiar de rumbo. La participación igualitaria de las mujeres es el cambio de juego que necesitamos”. Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, discurso de apertura de la CSW 65

Entre todos los sectores, la política presenta la mayor brecha de género. En 2022, las mujeres siguen siendo marginadas e injustamente representadas en todos los niveles de gobierno, a escala mundial, constituyendo el 36% de los órganos deliberantes locales y el 26,1% de los parlamentos nacionales. Solo el 8,3% de los Jefes de Gobierno y el 7,2% de los Jefes de Estado son mujeres[1].

Si bien una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones conduce a políticas y prestaciones de servicios más inclusivas, lograr la paridad sigue siendo un desafío, dado que barreras persistentes obstaculizan el acceso y la participación de las mujeres en la vida pública en igualdad de condiciones; incluyéndose entre éstas la falta de recursos financieros y el acceso a redes, leyes e instituciones discriminatorias, y la violencia de género. Al ritmo actual de progreso, el Foro Económico Mundial estima que la paridad de género en la política no se alcanzará antes del año 2166.

Los desastres y las crisis exacerban, a menudo, las desigualdades existentes y la pandemia de COVID-19 no es una excepción. Si bien se estima que 80 países y territorios pospusieron sus elecciones nacionales y locales, al menos 158 celebraron elecciones, a pesar de las preocupaciones y restricciones relacionadas con la COVID-19[2]. En 2020 y 2021, se estima que la participación electoral disminuyó en el 66% de los países. Asimismo, los espacios cívicos y democráticos se han reducido: 155 países introdujeron limitaciones a la libertad de reunión que, en muchos casos, se complementaron con restricciones adicionales a los derechos civiles y políticos; con restricciones a  la libertad de expresión en 60 países.

Muchos parlamentos nacionales configuraron de nuevo o redujeron sus actividades, mediante la introducción de soluciones remotas e híbridas para las sesiones plenarias, las reuniones de comités, las votaciones, la supervisión gubernamental y la participación pública. Si bien las soluciones remotas pueden derribar algunas de las barreras prácticas para la participación en persona de, por ejemplo, las mujeres con responsabilidades de cuidado doméstico y las mujeres con discapacidades, la participación virtual puede suponer una desventaja para las mujeres, ya que podría aumentar su exposición a la violencia doméstica y reforzar las expectativas y los roles domésticos ligados al género.

Además, los parlamentos con participación virtual pueden reforzar los desequilibrios de poder político, favoreciendo a los que están presentes físicamente en las reuniones (siendo estos, más probablemente, hombres) y reduciendo la visibilidad y el impacto de los participantes en remoto (siendo estos, más probablemente, mujeres). Del mismo modo, las restricciones a las actividades de campañas políticas en persona pueden ampliar la brecha entre las candidatas de la élite y el resto, favoreciendo a aquellas que cuentan con redes, recursos y reconocimiento.

La participación virtual y el uso de Internet también se asocian con una mayor exposición al abuso y la violencia en línea contra las mujeres en la política, lo que puede disuadir a las mujeres de participar en debates públicos y expresar públicamente sus opiniones y aspiraciones políticas. Los informes de 2020 muestran que las mujeres en política fueron objeto de intensos abusos y acoso en línea durante su mandato, así como durante las campañas electorales y las elecciones.

Si bien muchas mujeres líderes a nivel mundial fueron elogiadas por su desempeño en la gestión de la crisis a lo largo de los últimos dos años, las mujeres siguen, en gran medida, excluidas, en la mayoría de los contextos. Las mujeres electas, las candidatas y las votantes se ven particularmente afectadas por la pandemia de COVID-19 y sus efectos negativos que exacerban, aún mas, las desigualdades y refuerzan las barreras.

Objetivo

Esta discusión electrónica busca concienciar y recopilar experiencias, conocimientos y buenas prácticas sobre la participación política de las mujeres, en el marco de la pandemia de COVID-19, así como explorar cómo mitigar mejor los efectos de la crisis en las votantes, las candidatas, y las mujeres electas para asegurar la participación política plena e igualitaria de las mujeres, a todos los niveles de los procesos públicos de toma de decisiones.

Los órganos de gestión electoral, las mujeres y los hombres en política, los líderes y miembros de partidos políticos, la sociedad civil y los activistas por los derechos de las mujeres, los profesionales y los investigadores están invitados a participar a esta discusión electrónica, del 21 de marzo al 11 de abril del 2022, respondiendo a las preguntas a continuación. Las respuestas contribuirán a la elaboración de un informe que enriquecerá la base de conocimientos disponible sobre el tema.

Preguntas

  1. ¿Cómo afectaron las restricciones relacionadas con la COVID-19 a la participación de las mujeres votantes en las elecciones, locales y nacionales, de su país/región?, ¿Cuáles son las mejores medidas para garantizar una mayor participación de las votantes en el futuro?
  2. ¿Cómo afectaron las restricciones relacionadas con la COVID-19 a la capacidad de las mujeres para presentarse a cargos públicos y ser elegidas, a nivel local y nacional, en su país/región?, ¿Qué pueden hacer los partidos políticos, los legisladores y los gobiernos para asegurarse de que las mujeres gocen de igualdad de acceso a los cargos electos?
  3. ¿Cuál es el impacto del trabajo y de la participación parlamentaria virtual sobre el género?,¿Las soluciones parlamentarias a distancia han tenido un efecto sobre la sensibilidad y la diversidad en materia de género, en el seno de su parlamento?
  4. ¿Ha aumentado la violencia contra las mujeres en la política, incluidos el acoso y el abuso en línea, en su país/región, a lo largo de los últimos dos años? De ser así, le invitamos a proveer más detalles y sugerencias para hacer de la política un espacio seguro para las mujeres.

Para contribuir

  • Use la sección de comentarios a continuación; o
  • Envíe su contribución a connect@iknowpolitics.org para que podamos publicarla en su nombre.

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Notas:

[1] Media basada en cálculos de ONU Mujeres, a fecha de 1 de marzo del 2022.

[2] Datos válidos a fecha de 1 de febrero del 2022.

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